23 oct 2013

Reflexiones

Cuando empezaron las redes sociales se fueron los blogs a la mierda. Bueno, no se fueron, mutaron. 
Los que eran de temáticas concretas se afianzaron, encontrando en las redes sociales un empuje y una forma de conseguir lectores, fans, comentarios, megustas y mencantas.

Pero los blogs originarios, los que hablaban de todo y de nada, de donde salieron amigolectores que incluso hoy perduran, murieron.
Murieron por la inmediatez. Porque escribir un post requiere unos minutos. Porque si además lo revisas, relees, añades fotos o enlaces, implica más minutos.
Y en las redes sociales con un Holaquetal lo solucionas y tienes igualmente el mismo nivel de contacto con esas personas que antes podías encontrar en tu blog.

Pero hoy me he dado cuenta de algo, un paso más allá.
Leo blogs divertidos y con los que me río, pero creo que dejamos de leer blogs por las redes sociales por la tristeza.
En las redes sociales la gente se queja, pero no expresa de verdad sentimientos. Y en los blogs había muchos, quizá demasiados. Muchos post que al leerlos te arrancaban suspiros o lágrimas. 
No se, quizá nos hemos cansado de ser profundos, o hemos visto que leyendo alegrías sonreímos más que leyendo penas.

Por mi parte, seré tan masoca como siempre y leeré penas, siempre que estén escritas para emocionarme. Gracias a los que aún lo hacéis, de verdad.

1 comentario :

Nerea Aguayo dijo...

Yo me acabo de incorporar el mundo bloggero, algo asqueada de las redes sociales.
Y en los blogs también hay personas que transmiten emociones positivas, claro que sí.
Yo no quiero que se extingan los blogs, ya te digo me acabo de incorporar ahora que igual han bajado un poco y solo hay fashion bloggers como tendencia al alza en lo que a blogs de refiere.